viernes, 27 de abril de 2007

Una cómoda plataforma política.

Anoche me convertí en otro de aquellos que conocen aun más del problema del calentamiento global, pero creen que es algo que escapa a sus posibilidades. Tal vez si empiezo por cosas sencillas, a mi alcance, como conectar el calentador solo una hora diaria, o invertir en esos bombillos que ahorran energía pueda estar aportando algo. Consuelo absurdo, o eso pienso al recordar las imágenes perturbadoras del documental “Una verdad incòmoda” en el que Al Gore (legitimo presidente de los USA), entre una y otra ególatra referencia a si mismo y su vida como adalid de las causas ambientales, muestra de la forma mas clara y contundente las causas, consecuencias, y el impacto actual y futuro del calentamiento global. Un documental directo, franco, y no exento de referencias sutiles contra el régimen Bush, pese a lo cual no deja de ser de gran valor ecosocial (y espero no estar aplicando mal los conceptos). “Panfleto político” o “plataforma para llegar a la presidencia”, como sea, me parece genial que algún personaje no científico ponga tanto empeño en divulgar los pavorosos efectos del “efecto invernadero” y tratar de generar, así no sea acciones directas, por lo menos inquietud frente a dicho problema.
Recomendado para todos los que se quejan del calor que esta haciendo, o de la lluvia que no para.
Para más información, visite http://www.climatecrisis.net/

“Al fin comprendo la naturaleza de su locura”

Dentro de los thriller psicológicos que tan de moda están actualmente, hay uno que aunque originalmente no fue ideado así, lo considero uno de los mejores y el padre de todos ellos (Sexto Sentido, Maquinista, Sospechosos de siempre…). Rodada en 1919, “El Gabinete del Dr. Caligari” marca la cumbre del expresionismo alemán, y más que en su historia, es en sus decorados y su genial ambientación en donde encontramos dicha expresión: estados de ánimo, inquietudes y fobias humanas transmitidos a nosotros a través de sombras pintadas, líneas realzadas y figuras geométricas abstractas. Y sin embargo es la agudeza de su guión lo que más sorprende, dejando con la boca abierta al espectador capaz de subestimar una cinta de más de 80 años. Considerada la primera obra maestra del horror, aunque aquel sentido del horror cinematográfico sea casi irrisorio hoy día, es mas su capacidad de mostrar de manera sencilla y contundente la dimensión de la distorsión de la mente humana lo que la hace realmente valiosa hoy día.
La película mas antigua que me he visto, y de lejos la mejor del cine mudo, y una de las mejores de cualquier tipo de cine. Recomendada casi obligatoriamente a los amigos que tienen la psiquiatría como un proyecto de vida futuro.
P.D. Para los pocos que han leído comics con pasión, que gran placer encontrar en esta cinta la fuente y explicación de la confusa historia “Nosferatu” (elseworld” de Batman), claro homenaje y versión libre de esta película, aunque con un alcance mas macabro.

Narn I Hin Hurin

A más de 80 años de que fuera originalmente concebida, sale publicada en versión extensa la historia de los hijos de Hurin, una de las mas grandiosas tragedias contenidas dentro del Silmarillion, de J.R.R. Tolkien (Para los neófitos, autor de "El Señor de los Anillos"). Maravillosa historia escrita en muchas versiones, tanto en prosa como en verso, como si de un antiguo cantar de gesta se tratase, salio a los ojos del publico tras la muerte de su autor, haciendo parte de su obra póstuma “El Silmarillion”, ocupando apenas treinta paginas del mismo, a pesar de ser bastante compleja, extensa y enrevesada, alimentándose de influencias mitológicas germanas, escandinavas, celtas, pero escrita por la maravillosa pluma de Tolkien, pequeño hombre capaz de crear una mitología el solo (Y que no me vengan con esa basura del universo de Star Wars de Lucas, o el universo de Matrix de los Wachowski).
Para este libro han sido recopiladas las distintas versiones y manuscritos y se ha intentado editar la versión extensa más fidedigna al sentido original sin ninguna intervención editorial en la redacción.
La sinopsis del libro, dada por la agencia de prensa que dio la noticia de la publicación, es tan simple que es casi insolente: “La historia es anterior a "El Señor de los Anillos," transcurre en una parte de la Tierra Media que estaba sumergida antes de que apareciesen los "hobbits," y cuenta la trágica historia de Turin y su hermana Nienor, que recibieron la maldición de Morgoth, el primer Señor Oscuro.”
Tal vez necesario para la nueva horda de fans que creen que el mundo de Tolkien es solo Legolas lanzando flechas cual francotirador.

En mi opinión personal, una de las mejores historias, cuento, mito, epopeya, aventura, cantar o tragedia que haya conocido, en lectura o imaginación. Estoy ansioso por leerlo.
P.D. Y preocupado por su posible adaptación al cine, donde tal vez se logre una de las mayores hazañas visuales cinematográficas, pero hará estéril el sentido imperecedero de esa historia.
Arriba, un pequeño adelanto del climax.

sábado, 7 de abril de 2007

PERRO NEGRO

A pesar de los casi agresivos rayos de un nuevo sol, el camino todavía tiene recodos cubiertos de sombra, donde el frío se refugia y aun se regodèa la posibilidad de lo inesperado. Se desdibuja y se entibia eliminando la noche, secando la humedad que sepultan las ruedas. La velocidad es demencial y atemorizante, como un amanecer de Abril, y de pronto, de la sombra, de la noche que aun no ha muerto, casi como si huyera, un perro, irónicamente negro, corriendo frente al vehiculo, y mientras siento que la fuerza centrifuga me lanza hacia delante por el intento inútil de detenerse que hace el conductor, lo veo, entre aterrado y temerario, rápido y ágil, pero no lo suficiente. Luego el automóvil se bambolea, malsanamente, y yo imagino sus huesos aplastándose y comprimiéndose, volviéndose astillas. Y miro hacia atrás, y la velocidad lo expulsa, como un bocado maldito, dando vueltas estertóreas en el pavimento, ahora caliente por el amarillo amanecer. Y ya no es totalmente negro, sino también rojo, y blanco agonizante, y aun no termina de caer inmóvil cuando una colina lo oculta, una curva del camino. Y como si no valiera tanto la pena, el conductor acelera. Lo que llevamos es más importante. Mis ojos, perplejos miran a la nada, e imaginan la escena repetitivamente, cada vez más difusa. No acierto a pensar si es o no un mal augurio, solo me digo a mi mismo “No vamos a llegar”.
Media hora después, a mitad del camino nace un varón. La velocidad de la ambulancia fue inútil. El niño, sano, rebosante de vida, se mueve vigorosamente. Hay una sonrisa generalizada. “es de buena suerte” dice el conductor, “que nazca en la ambulancia, en medio de la carretera” continua “va a ser un buen día hoy”.
Y ya es de día, el sol cae de lleno en la ambulancia, la sombra huye, la noche ha desaparecido, y en medio de mi perplejidad no logro asimilar aquella absurda parábola de la vida y de la muerte.

ENCRUCIJADA

Un perro aúlla cual lobo, cual coyote, cual ser de ultratumba. A lo lejos otro aullido le responde. Se escucha un auto, y pasa agrediendo el ruido ambiente, pero se marcha rápido, dejando en paz los sonidos habituales, el canto de varios pájaros distintos, el sonido de las patas de un grillo, las gotas cayendo, y… pasos?... un transeúnte, un muchacho, pasa por el camino, un poco temeroso, con andar reservado. Lo saludo, me mira con una mezcla de divertida timidez y al mismo tiempo profunda desconfianza. Se marcha, y de nuevo queda el silencio, pero tal silencio no existe, existe mucha vida, pasiva, sosegada, y todo llega al oído, los pájaros, las aves, los árboles, las plantas, las nubes, el cielo…
Miro de nuevo la encrucijada, esperando que pase el carro que me llevara a “El Rosal”, donde ejerceré mi “arte” de la medicina. Mientras tanto solo observo, en mutismo, a mí alrededor. No me había dado cuenta, pero el perro, el coyote, el ultratumba, ha callado, y su eco se ha apagado en la lejanía, y ya no hay replica en sus aullidos. Al fondo el cielo, gris, denso, bloqueando la vista, cerniéndose sobre este espectador, pero al mismo tiempo sosteniendo lo sosegado del ambiente, manteniendo la cohesión. Es un telón triste, pero al mismo tiempo agradablemente tranquilo, agradablemente acogedor, apoyado en el incesante y embriagador canto de las aves, y el cadencial golpeteo de las gotas sobre las verdes y marrones hojas, y el murmullo de la tierra rojiza, el lodo, al agua, y todo ello me invita a cerrar los ojos e inclinar mi cabeza hacia atrás, dejándome sumergir, fundir en el ambiente, y no sentir mas que la sutileza del contacto intenso de la naturaleza en mi piel y mis tímpanos.
Llega el auto de misión medica, con los ojos entrecerrados camino hacia el, despertando de mi fugaz y ansiosa ensoñación hacia la seca y apagada realidad. Camino, y al estar despierto me doy cuenta que siempre estoy dormido.

SERPIENTE

Para que los niños vivan la serpiente tiene que morir. O por lo menos así me lo hice entender. Al final ni siquiera era una serpiente, simplemente una culebra en el lugar equivocado (y qué tan equivocado lugar puede ser una escuela a veces), y recuerdo al hombre que la tenia aprisionada con la pala, no queriendo adjudicarse la responsabilidad, y con decenas de chicos curiosos (y descaradamente temerarios) detrás de él observando la furia del animal acorralado. “Habrá que matarla” dirigiéndome su mirada. “Soy medico rural, se espera que haga de todo”, me dije. Y lo hice, con el filo de la pala varias veces contra su cuello, tratando de que fuera lo más rápido, y esperando no haber fracasado en ello cuando aun la veía moverse.
Al final, depositaron el animal inerte en un frasco con agua, y todos los niños hacían círculo alrededor mientras la transportaban. Yo les di la espalda y de nuevo mirè al vacío, a mi mismo.